Cita Bíblica: “Pero
yo soy meramente humano, y estoy vendido como esclavo al pecado. No entiendo lo
que me pasa, pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco.” Romanos
7:14b-15
Dios es bueno. Pero si
somos Su creación, ¿por qué somos malos? Cuando tratamos de hacer lo correcto,
nuestro deseo por cosas pecaminosas generalmente es más fuerte. Y, si a Dios no
le gusta la maldad, ¿por qué permite que exista?
Tenemos Libre Albedrío
El pecado entró al
mundo después que Adán y Eva desobedecieron a Dios. Desde ese día todos los
humanos han sido afectados por la maldad. Pero, ¿por qué? Es porque Dios nos da
libre albedrío. Esto significa que tenemos libertad para elegir. Por ejemplo,
Dios “quiere que todos sean salvos” (1 Timoteo 2:4), pero Él nos da la opción
de escoger entre la salvación eterna y la separación eterna sin Él. Escogemos
entre lo bueno y lo malo. Escogemos entre lo bueno y lo malo. Cuando vemos la
maldad en el mundo, vemos que es el resultado de haber escogido lo incorrecto.
Todos Pecamos
Cuando tomamos malas
decisiones, escogemos la maldad y el pecado. Los cristianos deben considerar a
la maldad como la ausencia de bondad. La bondad de Dios pareciera estar ausente
cuando la maldad está obrando en la tierra. La Biblia dice que “todos han
pecado y están privados de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). Cuando hacemos
cosas malas, carecemos de la bondad que viene de Él. La maldad es oscuridad,
así que necesitamos que la bondad de Dios brille en nuestras vidas.
La Maldad No Existirá
Para Siempre
En este tiempo, permite
la maldad en el mundo. Sin embargo, un día estaremos en “un cielo nuevo y una
tierra nueva.” (Apocalipsis 21:1), que excluirá a la maldad. Entonces, Dios
reinará en gloria con paz, justicia y misericordia. Hasta entonces, la mejor
forma de traer gloria a Dios es escogerlo a Él en lugar del pecado y la maldad.
Dios “no quiere que nadie perezca sino que todos se arrepientan.” (2 Pedro
3:9), y Su Palabra dice “porque yo los he creado para mi Gloria.” (Isaías
43:7). Por lo tanto, podemos darle gloria a Dios al elegir Su bondad en vez de
la maldad de este mundo. Llegará un día cuando no tendremos que preocuparnos
por la maldad en el mundo.
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