¿Sabías que tus sentimientos son
afectados por tu manera de pensar?
Si piensas que eso no es cierto,
entonces toma 20 minutos o más, y piensa
solo en tus problemas. Te aseguro que al final de ese tiempo, tus sentimientos,
y quizás tu semblante, habrán cambiado.
Cuando te decepcionas, no te sientes
a tener lástima de ti mismo. Aunque las cosas pueden parecer malas, aún tenemos
una elección: tener comunión con nuestros problemas o tener comunión con Dios.
Podemos permitir que nuestros
pensamientos se detengan en lo malo hasta
que lleguemos a estar totalmente decepcionados y arruinados, o podemos poner
nuestra atención en todo lo bueno que nos sucede en la vida, y en todas las
bendiciones que Dios todavía tiene almacenadas para nosotros en los días
venideros.
Los pensamientos son palabras
silenciosas que solo nosotros y el Señor escuchamos, pero esas palabras afectan
nuestro ser interior, nuestra salud, nuestro gozo y nuestra actitud.
Filipenses 4:6-7
No se inquieten por nada; más bien,
en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle
gracias.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo
entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
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