Por
Esteban Correa
Una
señal tan clara del poder creativo y maravilloso de Dios.
Está
frente a nuestros ojos. Las cosas creadas por Dios poseen un propósito, un
porque, un toque maravilloso que pocas veces podemos ver. Incluso que la
"ciencia humana" trata de explicar, quitándose de en medio a Dios,
pero las maravillas de la naturaleza observadas por la ciencia no han hacen más
que mostrarnos la gloria de Dios.
No
que la naturaleza tenga poderes milagrosos o curativos al punto de
"divinidad" o "adoración" como equivocadamente muchos
creen. La naturaleza expresa la gloria de Dios, exalta su sabiduría y su plan
con el hombre. Porque todo, desde el principio fue creado por Dios, comenzando
con la vida misma. Toda vida espiritual, anímica y biológica tiene origen
divino, ha sido iniciada por el Creador del universo, Dios. Y no "el
universo" haciendo las cosas, como algo abstracto e impersonal, como las
falsas filosofías modernas quieren hacer creer, "el universo" es en
primera instancia, una creación de Dios, porque Dios lo es todo y lo llena
todo, quién no tiene principio ni fin.
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