Cita Bíblica: “No se permitirá la entrada a ninguna cosa
mala.” Apocalipsis 21:27a
La Biblia nos enseña que Dios nos ama y se preocupa por Su Creación, y
eso nos incluye a nosotros. Este amor hizo que Él nos ofreciera salvación por
medio de Jesucristo. Dios nos promete una vida eterna llena de paz junto a Él.
Nuestra vida en este momento está llena de tentaciones, pecado y maldad; pero
el plan de Dios incluye remover todos los vestigios de maldad de Su creación.
¡Tenemos esperanza, porque Dios va a ser todas las cosas nuevas!
La Maldad No
Permanecerá Para Siempre
En 2 Timoteo, Pablo nos dice que tendremos “tiempos difíciles” aquí en
la Tierra antes de que Jesús regrese: “Timoteo, es bueno que sepas que, en los
últimos días, habrá tiempos muy difíciles. Pues la gente sólo tendrá amor por
sí misma y por su dinero. Serán fanfarrones y orgullosos, se burlarán de Dios,
serán desobedientes a sus padres y malagradecidos. No considerarán nada
sagrado. No amarán ni perdonarán; calumniarán a otros y no tendrán control
propio. Serán crueles y odiarán lo que es bueno. Traicionarán a sus amigos,
serán imprudentes, se llenarán de soberbia y amarán el placer en lugar de amar
a Dios” (2 Timoteo 3:1-4)
¿Suena familiar? Aunque fue escrito hace como 2000 años atrás, esta
descripción de las personas escogiendo vivir sin Dios es un cuadro de lo que
vive nuestro mundo hoy en día. El escoger ignorar los caminos de Dios al hacer
lo que ellos quieren, sigue siendo la causa de los problemas del mundo. Pero el
mal no permanecerá. Cuando Jesús regrese las cosas cambiarán.
Veremos Perfección
Dios tiene un plan para restaurar este universo caído en “un cielo
nuevo y una tierra nueva.” (Apocalipsis 21:1a). La nueva creación de Dios es
llamada “un mundo lleno de la justicia de Dios.” (2 Pedro 3:13b) en donde “ya
no habrá más maldición sobre ninguna cosa.” (Apocalipsis 22:3). Dios promete
desechar al enemigo como dice : “Después el diablo, que los había engañado, fue
lanzado al lago de fuego que arde con azufre.” (Apocalipsis 20:10a) y que “ Él
les secará toda lágrima de los ojos, y no habrá más muerte ni tristeza ni llanto
ni dolor.” (Apocalipsis 21:4a). A pesar de la maldad que existe en el mundo,
debemos perseverar en seguir a Dios. Cuando lo hacemos, podemos regocijarnos en
la promesa de Dios de una recompensa en Su nueva creación. Debemos perseverar
en la esperanza. La perfección vendrá cuando estemos con Dios en un cielo nuevo
y una tierra nueva.
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