"Descubre el campeón que hay ti o mira el
pecador que hay dentro de ti. Si ya hay un campeón en mí no necesito un
Salvador, pero si veo el pecador que hay mi caeré de rodillas compungido con
arrepentimiento y el Señor me rescatará con su perdón. El evangelio es para
pecadores no para campeones". Serafín Contreras G
A algunos que, confiando en sí mismos, se creían
justos y que despreciaban a los demás, Jesús les contó esta parábola: «Dos
hombres subieron al templo a orar; uno era fariseo, y el otro, recaudador de
impuestos.
El fariseo se puso a orar consigo mismo: "Oh
Dios, te doy gracias porque no soy como otros hombres --ladrones, malhechores,
adúlteros-- ni mucho menos como ese recaudador de impuestos.
Ayuno
dos veces a la semana y doy la décima parte de todo lo que recibo."
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