Dios quiere permanecer en nosotros, y anhela que
permanezcamos en Él.
Esta permanencia se hace más fácil para unos que para otros. Nos siempre es posible saber lo que Dios ha planeado para nuestras vidas, pero podemos asegurar que cualquier cosa que sea, Él está listo para sostenernos en esa situación y capacitarnos con lo necesario para soportar, mientras ahí Él nos quiera. La permanencia comienza con la confianza y concluye con absoluto descanso.
Juan
15:4
Permaneced en mí, y yo en vosotros.
1 Juan
2:6
El que dice que permanece en El, debe andar como
El anduvo.
Juan 15:10
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi
amor, así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su
amor.
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