Jesús es Dios vivo, el mismo ayer, hoy y siempre, vencedor de la muerte, quien nos lleva al Padre.
En muchas ocasiones, Jesús dijo claramente que Él era el Hijo de Dios y lo hizo con la afirmación: “Yo soy”, lo que tiene una connotación diferente a la que conocemos, ya que decir esas dos palabras, literalmente era decir: “Soy Jehová, soy Yavé”. Por ejemplo, lo dijo dos veces cuando lo buscaron para apresarlo. Así fue como se identificó frente a sus captores. Entonces, dice la Palabra que unos retrocedieron y que otros cayeron a tierra porque la presencia de Dios descendió.
En el Antiguo Testamento también vemos que Dios se nombra a sí mismo de esta forma. En la Biblia se menciona más de seis mil veces. Por ejemplo, cuando se le presentó a Moisés y le encomendó la misión de regresar a Egipto a liberar al pueblo judío.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario